Ha sido un fin de semana raro,
pero parece que ya voy teniendo las cosas más claras.
Me doy cuenta de lo que realmente significo para ti,
o quizás me esté equivocando y el problema lo tengas tú.
Tú y tu extraña manera de demostrar las cosas,
de priorizar a las personas,
de mostrarte tal como eres sin miedo a ser juzgado;
de aceptar tus sentimientos....
Tú y tu problema contigo mismo.
Puede que te asuste el riesgo, puedo asumirlo,
pero no puedo pasarme la vida esperando una respuesta concisa
o una reacción por tu parte que me indique que ha llegado el momento.
No, no puedo permanecer así eternamente,
caminando en círculos, entre palabras confusas....
sí..., no...., tal vez...
Entiende que los planes esporádicos y
los anhelos de viajar juntos es un deseo compartido,
pero, al mismo tiempo, inaceptable en mi mente cuando
una semana antes o una semana después,
no recibiré de ti más que pasos hacia atrás.
Retroceder solo y acto seguido volver a transitar juntos
no es algo que pueda llevar con naturalidad.
Ni yo, ni nadie que sepa lo que quiere.
Porque, efectivamente, no, no sabes lo que quieres.
Yo necesito algo más profundo,
así que solamente me quedan palabras de adios para ti.
Cuatro días dan para mucho.
Ya nada de lo que me digas o intentes decirme harán mella en mi.
Me desprendí al fin de esa dependencia enfermiza que me creaste
y me arrebatabas una y otra vez sin previo aviso.
Eso es cruel.
Mi pensamiento ahora es férreo.
Es demasiado tarde.
Me cansé de esperar algo que sé que no llegará nunca.
Sólo me queda actuar de la misma manera que tú lo hacías conmigo,
es lo único que me sale de dentro,
pero dejando a un lado los rencores.
Esto sí es naturalidad, o indiferencia,
llámalo como quieras.
Tiempo para pensar es lo que me has dado,
todo lo que puedo agradecerte tras una incesante actitud de 'colegueo',
una respuesta vacía.
Mi nube se disipó por fin.
Es triste. Sin embargo, no puedo continuar
añorando los recuerdos que compartimos juntos o
echando de menos a mi yo de hace unos meses.
Quizás te diste cuenta de que yo no era realmente lo que buscabas,
pero tu resultaste no ser lo que yo necesitaba,
ni lo que pensaba que eras.
Vivir en una montaña rusa de emociones no es agradable,
intentaba comprenderte... "somos muy parecidos" decías...
Yo pensaba lo mismo. Pero mientras yo daba de mi parte
y me ponía en tu piel, cuando yo actuaba del mismo modo
me rechazabas.
Eso, 'colega', solo es propio del cobarde y del necio.
La chica ilusionada se fue,
desapareció con la primera decepción,
con el primer golpe bajo, con esa actitud de niño que adoptas
y aún así te las das de maduro.
eso, ' colega', es narcisismo.
Insisto, gracias por despertarme.
Ahora veo que nada era lo que parecía
aunque en mi cabeza y en mi corazón
todo tenía sentido....